Transforma tu Industria Alimentaria con Sistemas de Gestión de Calidad
Elevando la calidad, inocuidad y competitividad de tus productos
TODO NEGOCIO DE ALIMENTO TIENE LA RESPONSABILIDAD DE VENDER PRODUCTOS INOCUOS
En el corazón de la inocuidad alimentaria (producir alimentos que no generen daños a la salud del consumidor) , HACCP y BPM son esenciales.
HACCP se encarga de analizar y controlar los peligros, mientras que las BPM se enfocan en estandarizar los procedimientos de operación y saneamiento para mantener control de nuestros procesos.
MANUAL DE CALIDAD SEREMI DE SALUD
Dar los primeros pasos en el mundo de la industria alimentaria comienza con un elemento clave: mantener el Manual de Calidad requerido por la SEREMI de Salud durante el proceso de tramitación de tu resolución sanitaria. Estos 8 programas, junto con sus registros, no solo son requisitos, sino pilares fundamentales que te brindan un conocimiento básico para comprender y preservar la inocuidad de tus alimentos.
BUENAS PRACTICAS DE MANUFACTURA
Experimentar el crecimiento de tu negocio es una travesía emocionante, y una ventaja adicional es que las normativas crecen contigo. Al establecer los sólidos cimientos del Manual de Calidad, puedes ampliar tus horizontes incorporando las Buenas Prácticas de Manufactura. Estas prácticas no solo abarcan la infraestructura, sino que también engloban todos los procesos en tu negocio, desde la elaboración y almacenamiento hasta la distribución.
ANÁLISIS DE PELIGROS Y PUNTO CRÍTICOS DE CONTROL
La implementación de HACCP es la consecuencia natural para fortalecer aún más tu ejecución de Buenas Prácticas de Manufactura. Al analizar los peligros, categorizar riesgos y establecer un sistema más eficiente, HACCP se convierte en la herramienta vital para asegurar la calidad y seguridad en cada paso de tus procesos.
Este enfoque proactivo no solo mejora la eficiencia, sino que también demuestra tu compromiso con la seguridad alimentaria.
LAS VENTAJAS
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La implementación de un sistema de gestión optimiza los procesos internos, eliminando redundancias y mejorando la eficiencia operativa.
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Facilita el cumplimiento de las normativas y requisitos legales aplicables, reduciendo el riesgo de sanciones y asegurando la conformidad.
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Identifica y mitiga riesgos potenciales en diversas áreas, lo que a su vez puede llevar a la reducción de costos asociados con errores y no conformidades.
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Fomenta la cultura de mejora continua al establecer procesos de retroalimentación y revisión constante, impulsando la innovación y la adaptación.
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Ayuda a utilizar eficientemente los recursos disponibles, ya que se planifican y asignan de manera estratégica para maximizar su rendimiento.
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Proporciona datos y métricas clave que respaldan la toma de decisiones informada, basada en evidencia y alineada con los objetivos organizacionales.
- Un sistema de gestión efectivo puede mejorar la percepción externa de la marca, mostrando un compromiso claro con la calidad y la excelencia.